Los Desafios Urbanos en America Latina y el Caribe
El acelerado crecimiento urbano en ALC se refleja en una serie de desafíos que enfrentan las ciudades de la región para asegurar su sostenibilidad en los próximos años.
Y esto se rige por tres diferentes retos:
1. Riesgo de desastres y cambio climático
2. Desarrollo urbano integral
3. Gestión fiscal, gobernabilidad y transparencia.
Riesgo de desastres y cambio climático
Las catástrofes en la región han afectado cada año aproximadamente a 4,5 millones de personas y causado un promedio anual de 6.800 muertos, además de daños materiales por un valor de US$120.000 millones. De estos daños económicos, US$100.000 millones corresponden a eventos hidrometeorológicos.
En muchos de los casos, el cambio climático resultará en una mayor presión sobre poblaciones vulnerables, las cuales tienen, precisamente, menor capacidad de adaptarse a los cambios.
Si no se toman medidas preventivas de mitigación para reducir los efectos de los eventos extremos en las próximas décadas, estos costos podrían ascender hasta US$250.000 millones en el año 2100.
Los centros urbanos son responsables de la gran mayoría de las emisiones de GEI debidas al uso de combustibles fósiles, tanto de manera directa como indirecta.
El sector transporte sobresale por su importancia. Su contribución del 35% de las emisiones ligadas al uso de combustible es la más alta comparada con otras regiones del mundo.
El sector de agua y desechos también ocupa un lugar preponderante en las emisiones urbanas de GEI, principalmente debido al metano que producen los residuos sólidos y líquidos, y a la utilización de la energía que se realiza en el sector.
Desarrollo urbano integral
Esta sección presenta aquellas características urbanas que se consideran prioritarias para lograr una sostenibilidad del desarrollo urbano en el mediano y largo plazo.
ALC es la región con mayor desigualdad del mundo y sus ciudades no permanecen ajenas a este fenómeno. La falta de equidad urbana regional es superior a la registrada en algunas naciones en desarrollo de Asia y África.
Estas desigualdades regionales en el ingreso urbano se explican en parte debido a la incapacidad de los aparatos productivos para generar los empleos necesarios que permitan absorber a la creciente población, lo que ha resultado en elevadas tasas de desempleo e informalidad en la región.Un rasgo particular del empleo en ALC es la alta informalidad.
Los índices de criminalidad de ALC se encuentran entre los más altos del mundo. Luego de las regiones del sur y oeste de África, ALC registra la tasa más elevada de homicidios por 100.000 habitantes, con un nivel que triplicó el promedio mundial en 2007.
Las elevadas tasas de criminalidad amenazan el bienestar de los ciudadanos, especialmente de la población más pobre, ya que constituyen un obstáculo al desarrollo en múltiples dimensiones: elevan los costos económicos de los individuos y las empresas, inhiben la posibilidad de un clima propicio para los negocios y la convivencia pacífica de una sociedad democrática, destruyen el capital social virtuoso y en ocasiones fomentan economías paralelas propias del crimen organizado, con todo lo cual se erosiona la confianza de las instituciones, especialmente de aquellas encargadas de velar por los derechos y deberes de los individuos.
A pesar de que la cobertura de agua potable, alcantarillado y electricidad ha mejorado en la región, aún hay grupos de la población urbana que permanecen excluidos. Son numerosos los casos en los que el servicio sufre interrupciones frecuentes, o el agua que llega al usuario no tiene suficiente presión o su potabilidad es deficiente.
En lo que se refiere al saneamiento, donde la situación de los servicios es más precaria, se observa que 10 países presentan tasas de cobertura inferiores al 50%. La falta de cobertura se concentra naturalmente en los sectores de menores ingresos de las áreas urbanas, con diferencias entre los dos quintiles superiores e inferiores de ingreso que ascienden a casi 18 puntos.
La otra gran problemática urbano-ambiental relacionada con los residuos radica en las descargas de los efluentes industriales en cuerpos de agua. Son múltiples las ciudades de ALC cuyos principales ríos han alcanzado niveles de contaminación extremos.
La falta de planificación y/o la inadecuada fiscalización de las normas existentes han generado una ocupación desordenada y patrones irracionales de uso del suelo, lo que contribuye a un excesivo número de desplazamientos internos y a la congestión urbana.
En lo concerniente al acceso a la energía eléctrica, según la Organización Latinoamericana de Energía (Olade, 2010), al menos 38 millones de personas en ALC no cuentan con este servicio, 73% de las cuales es pobre. Mientras que en algunos países hay un alto grado de electrificación (superior al 99%), otros deben realizar grandes esfuerzos para que su población tenga acceso a la electricidad, tanto en áreas urbanas como rurales.
Gestión fiscal, gobernabilidad y transparencia.
La mayoría de las municipalidades depende de transferencias nacionales y no explota de forma adecuada sus propias fuentes de ingreso, por lo cual carece de recursos para inversión.
En la gran mayoría de los casos las bases tributarias son débiles y se las explota de manera inapropiada, lo cual no contribuye a la generación de los recursos propios necesarios para atender adecuadamente las competencias descentralizadas y los nuevos retos que imponen la urbanización y el cambio climático.
La ausencia de controles efectivos sobre los servicios públicos y la escasa capacidad de planificación.
La limitada gobernabilidad se refleja en la alta percepción de la corrupción que existe en ALC. Por ejemplo, el índice de corrupción estimado por Transparencia Internacional muestra que el grado promedio de corrupción en ALC (3,9) es mucho mayor que el estimado para países como Suecia (9,2), Japón (7,7), Alemania (8,0) y Estados Unidos (7,5).
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